
¿Cómo deberían ser los límites?
A la hora de establecer límites, existen varias cuestiones a considerar tanto por parte de los docentes como de los padres. En primera instancia, los límites deben ser:
- Claros
- Constantes
- Conocidos con anticipación
- Estables a lo largo del tiempo
Asimismo, es importante que las normas planteadas sean respetadas y cumplidas por los adultos porque los chicos aprenden mayormente por imitación. Además, es fundamental que los chicos comprendan que las conductas siempre generan consecuencias (buenas o mala, según cómo se proceda).
Para dar un único mensaje, ya sea en la familia como en el jardín/colegio, los adultos o las autoridades de una institución tienen que consensuar previamente el lineamiento que establecerán.
A su vez, debe quedar de manifiesto que lo que se limita es la conducta y no el sentimiento que la acompaña. Los chicos tienen que entender cuál es la razón de las pautas establecidas y que por cometer un error no se los dejará de querer. Adicionalmente, los discursos a través de los cuales se buscará marcar un límite no solo deben coherentes a nivel gestual sino también oral.
Finalmente, los límites instaurados deben tener consecuencias inmediatas en el tiempo, proporcionales a la situación que las provocó y con una relación lógica con ese evento.
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