
¿Cómo funciona la corteza prefrontal?
“La vida es como un escenario. Tú abres el telón y ves los dramas, las luchas, los conflictos y la búsqueda incesante de los seres humanos”. Alejandro Bullón.
Piense en su corteza prefrontal (CPF) como un escenario en un pequeño teatro en el cual unos actores representan una obra. Ellos interpretan a la información que usted retiene en su atención.
A veces estos artistas entran a escena como lo haría un actor normal, desde ambos costados. Esto sucede cuando la información sensorial del mundo exterior llega a nuestra atención, como, por ejemplo, cuando abrimos nuestra casilla de correo y vemos que hay un centenar de mails para chequear.
Este panorama no es exactamente como el de un teatro común. A veces los actores también pueden ser miembros de la audiencia y suben al escenario para actuar. La audiencia representa nuestros propios pensamientos, memorias e ideas.
La escenografía es el lugar en el que nos focalizamos en todo momento y contiene información del mundo exterior, de nuestras memorias, pensamientos y de cualquier combinación de estas dos.
Una vez que los actores están en el escenario de nuestra atención hay un montón de cosas interesantes que podemos hacer con ellos.
Para comprender una nueva idea, ponemos nuevos actores en el escenario y los retenemos allí el tiempo suficiente para ver cómo se conectan con los miembros de la audiencia: esto es la información que ya tenemos en nuestro cerebro. Hacemos esto cuando leemos un mail para comprender su contenido (y espero que estén haciendo esto también ahora con esta nota).
Para tomar una decisión, uno mantiene a los actores en el escenario y los compara entre ellos, haciendo juicios de valores. Uno hace esto cuando lee un mail y decide cómo responderlo.
Para recordar información, o sea para traer una memoria del pasado a su mente, uno sube a un miembro de la audiencia al escenario.
Si esta memoria es vieja, puede estar en la parte posterior de la audiencia, en la oscuridad. Por lo tanto, puede tomar tiempo y esfuerzo encontrar este miembro de la audiencia y uno se puede distraer a lo largo del camino.
Por ejemplo, podemos luchar para recordar las reglas de cómo manejar mails de un curso que hicimos porque la información está muy atrás en el tiempo: por lo tanto, uno se da por vencido y deja de lado la búsqueda.
Para memorizar información uno necesita sacar a los actores del escenario y llevarlos a la audiencia. A veces tratamos de memorizar una idea para una nueva clase mientras manejamos para luego encontrar que este esfuerzo es muy cansador. Por ello, es importante no focalizarse en un actor sino sacarlo del escenario. Por ejemplo, usted puede tener que entregar algo para la hora del almuerzo y está tratando de focalizarse en el proyecto, pero se da cuenta de que el pensamiento del almuerzo sigue saltando en su conciencia, distrayéndolo medio minuto cada vez que se le aparece la idea de la comida.
El proceso de inhibición, de mantener ciertos actores fuera del escenario, requiere de una gran cantidad de esfuerzo. Por ejemplo, distraídos mientras rumiamos sobre cómo enfrentaremos un nuevo trabajo, accidentalmente borramos un correo de voz de nuestro futuro jefe.
Las acciones de comprender, decidir, recordar, memorizar e inhibir constituyen la mayor parte de nuestro pensamiento consciente.
Estas funciones se recombinan para planificar, solucionar problemas, comunicación y otras tareas. Ellas usan intensivamente la CPF y requieren de recursos significativos para operar, muchos más de los que imaginamos.
El escenario requiere mucha iluminación
El escenario requiere de mucha energía para funcionar. Es como si las luces estuvieran muy lejos por lo que necesitaría muchas luminarias, todas a tiempo completo, para poder ver los actores.
Para empeorar las cosas, la energía para iluminar el escenario es un recurso limitado, que disminuye a medida que lo usa. El mecanismo es parecido al de una batería que constantemente necesita que la recarguen.
Hacer tareas hambrientas de energía con nuestro escenario, tales como planificar reuniones, puede dejarlo exhausto luego de tan solo una hora.
En comparación, un camionero no requiere mucha utilización de la CPF (a menos que sea un conductor nuevo, en un nuevo camión o en un nuevo trayecto). Esta tarea involucra los ganglios de la base (GB).
Los GB comandan las actividades rutinarias que no requieren de mucha atención mental activa. Son muy eficientes en el uso de la energía. Una vez que repite una actividad una cantidad de veces los GB toman el comando. Esta estructura funciona fuera del control de la conciencia, lo que explica por qué podemos manejar y pensar en la clase que tenemos que dar al mismo tiempo.
La CPF se mastica el combustible metabólico, como la glucosa y el oxígeno, más rápido de lo que nos damos cuenta. Tenemos un balde limitado de recursos para actividades como la toma de decisiones y el control de impulsos. Y cuando gastamos dichos recursos, no tenemos para la próxima actividad. Lleve a cabo una decisión difícil y la próxima le será aún más difícil.
Su capacidad de operar en el escenario tiene límites reales porque el escenario necesita mucho combustible. Requiere de mucha energía para funcionar y esta energía se agota a medida que utiliza el escenario.
Esto explica muchos fenómenos diarios como por qué es fácil distraerse cuando una está cansado o hambriento. Su pensamiento de mejor calidad dura un tiempo limitado.
¿Por qué requiere el escenario mental tanta energía para funcionar?
La CPF es tan hambrienta de energía porque aún es nueva en términos evolutivos y necesita evolucionar más para enfrentarse a las demandas actuales de información.
Referencia bibliográfica:
- Fuster, J. (2015). The Prefrontal Cortex (5th edition). London: Academic Press.
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