Como docentes, si generamos un lugar para nuestros alumnos que lo sientan como la idea de hogar, podemos cambiar la forma en que ellos verán el aprendizaje.

Inolvidable: Una hoja de ruta para ser el docente que sus alumnos nunca olvidarán (primera parte)

Fecha 11 de Octubre de 2018

Primer destino: Crear un hogar

Sin importar cuánto viajamos o cuan a menudo nos vamos siempre existe un lugar al que deseamos volver: nuestro hogar. Es el espacio donde nos sentimos confortables, amados y libres. Es donde compartimos historias que a veces se llenan de risas y otras veces, de lágrimas.

Imagine si su clase fuera un lugar en el cual sus alumnos se sintieran bienvenidos sin importar lo que les pase en el mundo exterior.

Cuando la puerta de su aula se abre tiene la oportunidad de ofrecer esperanza, seguridad y aceptación a sus alumnos, quienes pueden no experimentar estos sentimientos en ningún otro lugar.

Moldeamos las mentes, influenciamos a los futuros líderes de nuestros países e impactamos en nuestros alumnos cada día de la semana. No hay mejor sitio para hacer esto que en un lugar que se sienta como el hogar.

Cuando no pueden esperar para contarle un evento importante de sus vidas o cuando le chocan los cinco sin ningún motivo, significa que están en su hogar.

¿Cómo logramos esto? Mirando en profundidad qué es un hogar y luego haciendo que nuestra aula se parezca a uno.

Un hogar provee una familia

La historia del mago de Oz es un gran ejemplo del poder de la familia y de su conexión con el hogar.Cuando Dorothy está en Oz se encuentra con el espantapájaros, el hombre de hojalata y el león cobarde. Cada uno de ellos representa un miembro de su familia que ella extraña.Dorothy va a un mundo completamente diferente, pero encuentra a una familia allí y se apega a ella.

Los docentes podemos aprender de esta historia.Simplemente necesitamos un corazón cariñoso que acepte a nuestros alumnos tal cual son.Cuando nuestra aula se siente como un hogar nuestros alumnos se sienten amados, y el amor es una conexión que nunca olvidarán.

Esto se debe extender a toda el aula porque una familia se construye cuando personas de diferentes personalidades y entornos se unen y establecen vínculos.

Un docente inolvidable es aquel que puede combinar diferentes tipos de alumnos de forma tal que los ayuda a conformar una familia.Un hogar provee seguridad.Muchos de nuestros alumnos enfrentan experiencias inimaginables afuera de la escuela y no tienen donde refugiarse. Hasta sus casas pueden ser inseguras.

Podemos proveer un lugar para cada uno de ellos, independientemente de sus circunstancias, en el cual se sentirán seguros.

Si queremos ser docentes inolvidables debemos ofrecerles a nuestros alumnos un lugar en el que se sientan bienvenidos al igual que un invitado en la casa de un amigo.

La primera cosa que las personas ven cuando entran a la mayoría de las casas es el felpudo. Sirve como un punto de partida reconfortante porque una vez que uno lo pasa los saludamos con una sonrisa, un apretón de manos o un abrazo y la visita comienza.

Cuando las cosas comienzan con una introducción cálida y familiar, las personas se sienten en su hogar.Nuestros alumnos merecen el mismo tratamiento: ser bienvenidos en el aula como estimados huéspedes todos los días.

La realidad es que el día a día de enseñar puede hacer que pasemos por alto estos gestos.La clave es recordar que no nos toma mucho tiempo hacer que nuestros alumnos se sientan en su hogar.

Y podemos enseñarles más cuando nos tomamos el tiempo de quererlos primero y enseñarles después.

Una forma sencilla de comenzar este proceso es tomarnos un momento para relacionarnos con nuestros estudiantes y proporcionarles algo parecido a una reunión familiar.

La belleza de las reuniones familiares es que proveen una oportunidad para conectarnos con las personas. Cuando estamos con nuestros familiares nos aseguramos de darles a todos un poco de tiempo y de atención.La estrategia de la relación mensual lleva este concepto al aula cada mes con el objetivo de darles a los alumnos la oportunidad de sentirse como en una familia, poniéndose al día con usted como docente.

Cómo funciona:

  1. Programe una relación mensual (o semanal) de diez minutos de duración al final de cada mes o semana.
  2. Prepare de antemano tres preguntas abiertas simples. Por ejemplo, preguntas como: “¿Si pudieran cambiar algo en su vida, ¿qué sería y por qué?” o “¿Qué pasó esta semana que te hizo sonreír?” o “¿Qué te hace feliz?”.
  3. Formule la primera pregunta y luego estimule a que sus alumnos se relacionen y la discutan.
  4. Presente dos reglas: a. Párense y caminen por el aula para relacionarse. b. Discutan cada pregunta con dos o más compañeros.
  5. Únase a sus alumnos mientras se están relacionando y comience con los más tímidos. El objetivo es estimularlos a que hablen sobre lo que piensan.
  6. Escriba aquellas cosas que le parece que resaltan durante sus conversaciones con sus alumnos.
  7. Repita estos pasos con las otras dos preguntas.
  8. Al final de la dinámica junte a los alumnos para “un minuto familiar” y comparta un aspecto que valora y aprecia del grupo.
  9. Seguimiento: haga un seguimiento de sus alumnos en los días subsiguientes sobre los puntos que escribió durante las conversaciones. Cuando ellos se den cuenta de que usted realmente los estaba escuchando se sentirán importantes y usted se convertirá en un docente inolvidable.

Referencia bibliográfica:

  • Whitaker, T. (2011). What Great Teachers Do Differently: 17 Things That Matter Most. New York: Routledge.

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