
Escuchar música alegre puede aumentar la creatividad
La música está presente en nuestras vidas desde tiempos inmemoriales. Los científicos comenzaron a estudiar cómo influye en nuestras emociones, percepciones y comportamientos. De hecho, un estudio liderado los científicos Simone Ritter, de la Universidad de Radboud, de los Países Bajos, y Sam Ferguson, de la Universidad Tecnológica de Sydney, Australia, presentó que escuchar música alegre puede ayudar a generar contextos que contribuyan a encontrar soluciones innovadoras.
Para su trabajo, Ritter y Ferguson dividieron a los 155 participantes en grupos. Cada uno de ellos escuchó cuatro tipos de músicas diferentes que fueron clasificadas como tranquilas, tristes, ansiosas y felices, dependiendo de su valencia emocional (positiva, negativa) y excitación (alta, baja), a excepción del grupo de control que estuvo en un medioambiente silencioso.
Mientras escuchaban las melodías, los integrantes de los grupos debieron realizar tareas cognitivas que ponían a prueba la creatividad divergente y convergente.
El pensamiento divergente es un proceso de generación de ideas mediante la exploración de muchas posibles soluciones. Por su parte, el pensamiento convergente es la habilidad de dar la respuesta correcta a una pregunta ordenando de manera lógica la información disponible.
Los investigadores encontraron que escuchar música alegre contribuyó a mejorar la flexibilidad en el pensamiento, de modo que quienes la escucharon presentaron más soluciones en creatividad divergente.
Los autores sugirieron que la escucha musical se puede integrar fácilmente en la vida cotidiana y proporcionar un medio innovador para facilitar la cognición creativa.
Una investigación que podemos relacionar con la anterior fue la realizada por el neurocientífico Robert Zatorre, del Instituto Neurológico de Montreal, quien les solicitó a 26 voluntarios que eligieran entre melodías de temas clásicos los que consideraban neutrales y los que suponían placenteros[1]. Luego, mientras las escuchaban, sus cerebros fueron monitoreados con técnicas de escáner PET (Positron Emission Tomography) que, junto con la especificidad temporal de la resonancia magnética funcional (RMf), proporcionaron una evaluación excelente de las distintas regiones activadas del cerebro en diferentes momentos.
Ante la música elegida como placentera, los niveles de dopamina (un neurotransmisor relacionado con el placer y el circuito de recompensa cerebral) se elevaban notablemente y se correlacionan con el grado de excitación emocional, cambios en la conductancia de la piel, frecuencia cardíaca, respiración, temperatura y clasificaciones de goce expresada por los participantes.
Del mismo modo, se observó cómo la anticipación de la música también inducía a la liberación de dopamina (como sucede con la anticipación al pensar en comida, sexo o alguna actividad que disfrutemos).
Los resultados del estudio de Zatorre demuestran que nuestro estado emocional puede ser influenciado por el simple hecho de pensar que vamos a disfrutar de escuchar una buena melodía.
Tal vez sea esta sensación de placer la que llevó a los participantes del trabajo de la Universidad de Radboud a poder expresar ampliamente su creatividad.
Si bien hay mucho camino por recorrer, no quedan dudas de que la música siempre ha sido para nosotros, los Homo sapiens sapiens, una compañera que nos fascina y emociona.
Resulta interesante reflexionar que la música puede ser un recurso sencillo de aplicar en contextos educacionales, laborales y personales para crear un clima que nos transporte a emociones placenteras y al parecer también a despertar nuestra creatividad.
[1] Adagio para cuerdas, 9 ª Sinfonía - Mov. 2, Piano Sonata No. 17 en re menor ("La Tempestad"), Symphonie Fantastique, op. 14 - Mov. 4, Toccata en Sol, Mazurca en La menor Op. 17, Appalachian Spring Suite de Clair de Lune, Se hace eco, Nahoft y Faroud, Sinfonía del Nuevo Mundo, Morceaux de Fantasía, No. 2, Preludio en do menor, Rapsodia sobre un Tema de Paganini, 11 Symphony - Mov. 2, Lago de los Cisnes, Four Seasons – Spring, Lohengrin Preludio al acto 1, Angélica, Le Moulin, Sinfonía n º 9 - Mov. 2, L'Arena, Hummel se los Rockets, Rutherford Park cazadores furtivos, Cheris / luz mortecina, Diablo Rojo, Tamacun, Después de la primera respiración, Brumoso, Tormenta, Cascanueces, De peso pesado, Lugar especial, Vicious Delicious, Moby Dick, Libertango, La Cumparsita, Adagio para cuerdas.
Bibliografía:
- Ritter, S. M., & Ferguson, S. (2017). Happy creativity: Listening to happy music facilitates divergent thinking. PLoS One, 12(9), e0182210. doi: 10.1371/journal.pone.0182210
- Salimpoor, V. N., Benovoy, M., Larcher, K., Dagher, A., & Zatorre, R. J. (2011). Anatomically distinct dopamine release during anticipation and experience of peak emotion to music. Nat Neurosci, 14(2), 257-62. doi: 10.1038/nn.2726
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