Llegar a ser felices nos requiere trazar un camino y objetivos. Les damos algunos tips que les servirán positivamente mientras estén en la búsqueda del perfeccionamiento de su mundo interior (y exterior) y en el trazado del recorrido personal.

Felicidad y altruismo (tercera parte): Tips felices

Fecha 16 de Enero de 2017

Relacionando lo que hemos planteado teóricamente con los resultados de la encuesta sobre felicidad y altruismo, hay algunos consejos que podemos considerar para aumentar nuestro bienestar: 

Tener hábitos saludables, vinculados con el cuidado de nuestro cuerpo: alimentarse sanamente, haciendo las comidas necesarias. Es muy importante que disfrutemos y nos tomemos el tiempo para alimentarnos. En la medida de lo posible, intentemos preparar nuestros comestibles. 

Realizar ejercicio físico: correr, caminar, nadar, etc. La actividad sexual cuenta como un ejercicio y también aumenta nuestras endorfinas. 

Dormir: distintos estudios nos muestran que dormir lo suficiente es vital (antes se decía que lo necesario eran 8 horas de descanso, pero esto puede variar en función de los hábitos de cada individuo). Lo importante es sentir que el sueño es reparador y que al despertarnos nos sentimos descansados. Dormir no solo es fundamental para la producción adecuada de neurotransmisores y sustancias neuroendócrinas sino también para el aprendizaje, ya que mejora nuestro rendimiento cognitivo y atencional. 

Buscar actividades y/o ocupaciones, ya sean estas laborales o domésticas, elegidas. Éstas nos brindan objetivos y le dan sentido a nuestro día. Saber que a pesar de que el trabajo nos puede dar dinero, este no debe ser el único motivo por el que lo elegimos. O tratar de buscarle, en caso de que sea impuesto, lo que nos gusta de la actividad. 

Tratar de hacer recreos, tanto en nuestras actividades cotidianas como en la rutina diaria: salir a respirar aire fresco por 5 minutos, a caminar, a tomar agua o un café para descansar la mente. Salir a correr en medio de la jornada laboral, si se puede, o a caminar. O leer algo por esparcimiento. 

Intentar viajar distancias cortas o, en caso de que no se pueda y de que el trasporte sea público y el viaje largo, hacer una actividad de descanso al llegar a destino: viajar cansa, por lo que amerita un recreo. Aunque sea breve, es necesario. 

Practicar actividades que nos den placer: leer un libro, salir con amigos o tener redes de contención. Obligarse a hacerlo si es necesario hasta que se haga un hábito. La prosocialidad está demostrada como antidepresiva. 

Limitar el uso de la tecnología: reducir el número de horas frente a las pantallas, sobre todo en horas previas al descanso. Es preferible leer o escuchar música. 

Compartir tiempo de calidad con nuestra familia (todo el que se pueda): tratemos de generar espacios en donde las actividades sean conjuntas y adaptadas a las edades de cada uno. 

Tener contacto con la naturaleza la mayor cantidad de tiempo posible (incluso a la luz solar directa). Con la debida protección solar, el sol es necesario inclusive para la producción de algunas vitaminas. Asimismo, el contacto con animales está probado como ansiolítico. 

Confeccionar listas de aquellas cosas por las cuales estamos agradecidos: siempre hay algo y muchas veces nos olvidamos de ello. 

Quejarnos menos: la queja nos aleja del bienestar. Es necesaria como parte de nuestro repertorio emocional por momentos, pero no debe convertirse en hábito ni realizarse de manera sostenida. 

Expresar y comunicar nuestras emociones sanamente. Esto nos ayuda a ser más claros con nuestro entorno, a evitar conflictos e, incluso, enfermedades físicas. 

Todo lo que nos ponga en contacto con nuestra esencia (estar con nuestros hijos, ayudar a otros, etc.) tendrá un efecto positivo sobre nosotros. Tomarse tiempo para hacer lo que se está haciendo para uno mismo o para los demás. En las grandes ciudades, muchas veces esto se hace difícil, se diluye y hasta se pierde. 

Debemos recordar que nuestro cerebro fue creado para un entorno que no es el actual. Está preparado para determinados estímulos, sensaciones y emociones generadas en otros ámbitos muy diferentes a los de la era contemporánea. Eso le da placer, bienestar y lo pone feliz. Por ende, esto repercute en nuestro cuerpo. Cuidar esto es la clave para poder tomar decisiones que nos hagan acercarnos a los objetivos propuestos para nuestra vida. Cuidarnos y querernos a nosotros mismos y a los demás es el quid: la llave del éxito personal y del camino hacia la felicidad. 

A veces hay que entender que la felicidad es un camino y que él éxito está en saber recorrerlo de la mejor manera. Cada uno debe encontrar qué es eso que lo hace mejor. Ni lo que digan los demás, ni las publicidades: uno y cada uno de nosotros debe encontrar su manera. Hay realidades muy duras, países y ciudadanos que sufren, en condiciones de riesgo emocional, físico, psíquico y social. Cada persona desde su lugar debe encontrar la manera de revertir eso. Esas acciones también nos acercan a la felicidad. 

Asociación Educar les desea que puedan encontrar sus objetivos, su tiempo, su espacio y su momento de reflexión para que día a día hallemos áreas de disfrute, de bienestar físico y psíquico. Saber aprovechar los recursos que nuestro cerebro nos da es un camino que nos lleva –seguro– a buen puerto. De a poquito, y a diario, es posible trabajar para poder hacer de este mundo (y del mundo interior de cada una de las personas) un lugar mejor. En esa labor estamos nosotros y queremos compartirlo.

¡Brindemos por un 2017 MUY FELIZ! ¡Gracias por acompañarnos!


Bibliografía:

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