
La importancia de una buena noche de sueño para nuestro cerebro
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Un estudio reciente publicado en Current Biology, realizado por Universidad de Berkeley, presenta que dormir menos de las 7 u 8 horas necesarias altera la capacidad de respuesta de la corteza prefrontal: el área más evolucionada de nuestro cerebro y la que se ocupa de regular nuestras respuestas instintivas y emocionales.
La investigación, que contó con el auspicio de la Harvard Medical School, se efectuó con 26 voluntarios de edades comprendidas entre los 18 y 30 años, quienes fueron divididos en dos grupos: A y B. Los miembros del grupo A podían dormir las horas necesarias, mientras que los del grupo B fueron privados del tiempo de descanso e incluso mantenidos despiertos durante 35 horas seguidas.
Utilizando equipos de resonancia magnética funcional (fMRI), el neurólogo Matthew Walker y su equipo controlaron los cerebros de los participantes para observar las alteraciones que se producían por la falta de sueño y encontraron que un área ampliamente relacionada con las emociones viscerales -es decir, la amígdala- se vuelve hasta un 60% más reactiva a los estímulos, amentando posibles conductas y acciones más irracionales.
Walker considera que la actual tendencia a dormir muchas menos horas de las necesarias afecta a nuestras sociedades, ya que el sueño no es un lujo, sino una necesidad biológica que nos ayuda a mantenernos emocionalmente sanos.
El Journal of Neuroscience publicó otra investigación interesante sobre el valor del buen descanso. Este trabajo, realizado por la Universidad de Duke, en Singapur, y las Universidades de Michigan y Pennsylvania, en EE.UU., demostró que nuestro cerebro cuando no descansamos correctamente presenta dificultades para descifrar los estímulos visuales y, además, sus respuestas son más lentas y menos precisas.
También en la Universidad de Duke, otra investigación realizada en el Laboratorio de Neurociencias Cognitivas señaló que con sólo una noche que nos privemos de disfrutar de los brazos de Morfeo corremos el riesgo de sufrir alteraciones notables en los mecanismos neurales de nuestra toma de decisión, además de verse afectado el pensamiento flexible, la memoria de trabajo y las funciones ejecutivas.
En este trabajo, a través de la observación de imágenes tomadas con equipos de resonancia magnética funcional, se pudo ver cómo funcionaban los cerebros de los sujetos privados de sueño mientras estos tomaban "decisiones arriesgadas".
La conclusión fue que el núcleo accumbens -un área del cerebro involucrada con la anticipación de la recompensa- se vuelve más activo, mientras que la ínsula -un área que se ocupa de responder a las posibles pérdidas- tiene menor actividad al igual que la corteza orbitofrontal, relacionada con el freno de los impulsos.
Este modo de operar de la UCCM (unidad cuerpo cerebro mente) con falta de descanso representa un triple riesgo, pues el cerebro percibe una posibilidad de alta recompensa, acompañada por una menor sensibilidad a la pérdida (fundamental para que seamos más prudentes) y una merma en la capacidad de veto o modelación de los impulsos.
Anteriormente, otras investigaciones habían demostrado también que no dormir bien disminuye el buen funcionamiento del sistema inmunológico, afecta al metabolismo y, además, reduce notablemente las capacidades de aprendizaje, atención y memoria. Sin embargo, los nuevos estudios muestran que un descanso insuficiente también altera nuestra evaluación emocional, algo que se agrava con la falta del correcto funcionamiento de la corteza prefrontal.
Muchos de los errores humanos en accidentes, toma de decisiones e incluso en la vida de relación se deben a la falta de sueño adecuado, ya que ésta altera también nuestro estado emocional y recorta las funciones ejecutivas (aquellas que nos permiten ver a largo plazo, ser conscientes de las consecuencias de nuestras acciones, monitorear y modelar nuestra conducta, entre otras).
Como conclusión, si tomamos en cuenta los trabajos presentados, no quedan dudas de que es necesario que reflexionemos sobre si debemos sacarle horas a nuestro descanso para hacer más y más, o si lo mejor es descansar para hacer uso a pleno de nuestra corteza prefrontal.
La respuesta correcta a la reflexión anterior no deja lugar a la duda: lo primero que debemos hacer hoy es descansar las horas necesarias para así tomar las decisiones correctas. ¡Qué duermas bien esta noche y todas las que siguen!
Bibliografía:
- Venkatraman, V., Huettel, S. A., Chuan, L. Y. M., Payne, J. W., & Chee, M. W. L. (2011). Sleep Deprivation Biases the Neural Mechanisms Underlying Economic Preferences. The Journal of Neuroscience, 31(10):3712–3718.
- van der Helm, E., Yao, J., Dutt, S., Rao, V., Saletin, J. M., & Walker, M. P. (2011). REM sleep de-potentiates amygdala activity to previous emotional experiences. Curr Biol, 21(23): 2029–2032.
- Chee, M. W., Tan, J. C., Zheng, H., Parimal, S., Weissman, D. H., Zagorodnov, V., & Dinges, D. F. (2008). Lapsing during sleep deprivation is associated with distributed changes in brain activation. J Neurosci, 28(21):5519-28. doi: 10.1523/JNEUROSCI.0733-08.2008