
Memoria, significación y sueño
Al guardar nuestros recuerdos el cerebro tiende a almacenar las experiencias de vida que le resultaron más significativas.
Investigadores de la Universidad de Columbia pudieron constatar que mientras dormimos el cerebro selecciona y guarda de manera automática los recuerdos considerados relevantes mientras que filtra la información poco importante.
Daphna Shohamy, líder de la investigación, y su equipo pudieron observar cómo los recuerdos asociados a situaciones gratificantes tienen dos ventanas de tiempo para consolidarse: una inmediatamente posterior a la recepción de la recompensa y una más larga, producida durante la noche.
Para su trabajo, los científicos les pidieron a los participantes de la experiencia que examinaran una serie de laberintos en una computadora. Debían encontrar una moneda de oro oculta y, cuando la hallaban, recibían un dólar. A medida que las personas pasaban por diferentes lugares del laberinto, se les mostraban imágenes de objetos de uso cotidiano, como una taza, un paraguas, etc.
Sin que los voluntarios fuesen informados anteriormente, luego del trabajo anterior, se les solicitó que realizaran una prueba de memoria para ver si recordaban estos objetos en el corto plazo y, luego, a las 24 horas. Los investigadores encontraron que después de un día los participantes recordaron los objetos más cercanos a la recompensa (descubrir la moneda de oro), pero que se habían olvidado de aquellos otros que no estaban vinculados con la misma. Sin embrago, para su sorpresa, este patrón de recuerdos no se encontró cuando hicieron pruebas de memoria inmediatamente después de los recorridos del laberinto, lo que permite considerar que nuestro cerebro necesita de tiempo para priorizar qué cosas guardará en la memoria.
El equipo de Shohamy consideró que los resultados obtenidos demuestran que las experiencias mundanales pueden cambiar en la memoria debido a su asociación con algo significativo más adelante.
Necesitamos de nuestra memoria y el cerebro debe ser capaz de definir qué tomar de las experiencias cotidianas en relación con lo que considera significativo. Lo interesante de la investigación de la Universidad de Columbia es cómo hay una segunda instancia o ventana en la cual, durante la noche, el cerebro vuelve a evaluar qué datos debe guardar y cuáles no.
Sin lugar a dudas, las investigaciones nos muestran que las emociones, la motivación, el sentido y la significación, así como el sueño, son aliados del aprendizaje y deben ser factores a tener en cuenta en todo proceso que lo contemple.
Referencia bibliográfica:
- Braun, E. K., Wimmer, E., & Shohamy, D. (2018). Retroactive and graded prioritization of memory by reward. Nature Communications, 9(1), 4886. doi: 10.1038/s41467-018-07280-0.