Cuando un alumno siente la sensación de ser excluido en una clase o aula, su cerebro tiene las mismas impresiones que ante el dolor físico. Esto puede perjudicar el pensamiento analítico y creativo, entre otras cuestiones.
Más allá de cuál sea el plato principal (el tema) de su clase, es importante generar buenas guarniciones y complementos que acompañen o enriquezcan la idea central del día.
A partir de diferentes enfoques es posible estimular a los alumnos para que vean de una manera diferente sus lecturas o apuntes y jueguen con los contenidos, además de disfrutar del material o los temas de clase.
El inicio de una clase (aperitivo) debe contar con la dosis justa de información. Si es muy sustancioso, se puede saturar a los alumnos con datos y llegarán a la lección del día (el plato principal) sin ánimos de “comer” más.
Las formas de enseñanza rígidas son obsoletas. Para llamar la atención de los alumnos, es necesario rediseñar las clases para hacerlas significativas e interesantes
Gabriela y Alejandra nos cuentan sobre el Taller de Educación Emocional y Social que existe dentro de la currícula del colegio secundario del Instituto River Plate y que tiene por objetivo principal la enseñanza de habilidades emocionales.
Lucrecia Prat Gay nos invita a pensar cómo aggiornar un sistema educativo del siglo XIX aplicado al siglo XXI, de forma de que podamos desarrollar un mejor clima emocional y también crear ambientes enriquecidos en donde reflexionemos sobre cómo evaluamos.
Autor: Prof. Belén Soba Rojo(1) | Prof. María Elina López Osornio(2)
A partir de su experiencia en el Florida Day School, Belén y María Elina nos invitan a reflexionar por qué en la escuela es necesario trabajar con aprendizajes profundos y con sentido.
Alejandra Del Fabro nos invita a preguntarnos sobre las emociones y cómo estas intervienen en la cognición y, a su vez, de qué manera la cognición las modifica.