- 17 de Mayo de 2017
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Autor: Dr. Luis M. Labath
Por naturaleza, nuestro cerebro es social y necesita de los vínculos. Por esta razón, la comunicación y la interacción con otros resultan fundamentales. De hecho, el aislamiento social puede generar diversas transformaciones cerebrales, tales como la incapacidad de decisión, una disminución de la capacidad de aprendizaje y fallos en la capacidad de autocontrol, entre otras.