Las nuevas formas de pensamiento solamente aparecen cometiendo errores. Por esta razón, la perfección es eficiente y productiva cuando las condiciones permanecen estables.
El lóbulo de la ínsula, o corteza insular, fue descrito por primera vez en 1796 por el anatomista, fisiólogo y psiquiatra danés Johann Christian Reil (1759-1813).