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Nuestra capacidad de autocontrol nos permite evitar tentaciones que si bien en el corto plazo nos harían felices, en el mediano y largo causarán problemas en nuestras vidas. Sin embargo, ¿tenemos todos la misma capacidad de resistencia? ¿De qué depende nuestra fortaleza para decir sí o no?

Si bien se consideraba que algo de estrés no era nocivo para nuestras emociones, nuevos estudios mostraron que incluso los estresores leves pueden afectar el buen funcionamiento de la corteza prefrontal, el área más evolucionada de nuestro cerebro.

Estudios recientes presentan cómo distintos tipos de felicidad pueden influir en nuestro genoma de maneras muy diferentes.

Re-significar y desviar nuestra atención es muy útil, permitiéndonos interpretar las situaciones dolorosas de mejor manera, y ayudándonos a disminuir el efecto emocional que producen.

¿Por qué algunas personas trabajan más que otras ante iguales condiciones laborales? Nuevas investigaciones en neurociencias nos permiten conocer como los niveles de la hormona dopamina podría influir en estas situaciones.

Nuestro lenguaje corporal y gestual podría influir positivamente o negativamente en los otros más de lo que creemos.

La falta de sueño produce una mayor actividad de nuestra amígdala cerebral, lo que podría conllevar a un aumento de conductas viscerales e irracionales.

El interactuar con animales ayuda a disminuir el estrés y aumentar nuestro bienestar.

Realizar una actividad grupal exige en mayor medida a nuestro cerebro, pues no sólo debemos prestarle atención a nuestro bienestar personal. También nos brinda la posibilidad de desarrollar habilidades sociales y de interrelación.

La gran mayoría de los seres humanos disfrutamos mucho a la hora comunicarnos con otros. Sin embargo, lo que más placer nos genera es hablar sobre nosotros mismos y acerca de nuestras experiencias.