Caemos en la trampa cuando creemos que con solo “saber” alcanza para gestionar nuestro mundo emocional.

Tres trampas de la inteligencia emocional

Fecha 03 de Agosto de 2021

Caemos en la trampa cuando creemos que con solo “saber” alcanza para gestionar nuestro mundo emocional. No se trata solo de “saber” sino también de “sentir” lo que percibimos. Se trata de conectarnos con lo que es, sin forzar, sin controlar.

 

Ser emocionalmente inteligente implica reconocer y estar abiertos a las propias emociones (tanto a las agradables como a las incómodas). Implica comprenderlas y facilitarlas para finalmente poder regularlas o modularlas, sin silenciarlas o exagerarlas. También involucra el conocimiento y la puesta en práctica de diferentes estrategias para utilizar nuestras sabias brújulas emocionales junto con nuestra razón en la consecución de metas u objetivos: somos seres sintientes que razonan.

 

 

Bibliografía:

• Mestré, J. M., Guil, R., Brackett, M., & Salovey, P. (2008). Inteligencia emocional: definición, evaluación y aplicaciones desde el modelo de habilidades de Mayer y Salovey. En F. Palmero, F. Martínez Sánchez, & J.A. Huertas Martínez (Comps.), Motivación y Emoción, (pp. 407-438). McGraw-Hill.

• Ruiz-Aranda, D., Cabello, R., Salguero, J. M., Palomera, R., Extremera, N., & Fernández-Berrocal, P. (2018). Guía para mejorar la inteligencia emocional de los adolescentes. Programa INTEMO. Pirámide.